Los problemas de la falta de seguimiento en una empresa

Un signo de un espíritu empresarial con dolores de crecimiento es la falta de seguimiento a los planes acordados en reuniones de trabajo. Reconociendo que la necesidad de la planificación es mayor que en el pasado, un empresario puede introducir un proceso de planificación bien detallado, pero el problema es que no se cumplen los procesos de seguimiento (que incluso pueden estar especificados dentro del plan).

En algunos casos no hay un seguimiento porque la compañía aún no ha desarrollado sistemas adecuados para monitorear sus objetivos. Por ejemplo, muchas empresas desean monitorear las metas financieras, pero no han desarrollado un sistema de contabilidad que puede proporcionar la información necesaria para hacerlo.

En otros casos, el seguimiento no se produce porque el personal no ha recibido formación adecuada en el establecimiento de objetivos. Ello conlleva a que se fijen metas que no se pueden alcanzarse o no se puede medir, o peor aún, no se sabe como evaluar y proporcionar información útil sobre el logro de metas.  Estos problemas tienden a aparecer con mayor frecuencia en el proceso de evaluación del desempeño.

La falta de seguimiento de metas también ocasiona que los objetivos no se cumplan y que los pasos para llegar hacia ellos jamás se apliquen. Por ejemplo, los trabajadores que siguen desarrollando sus labores de la forma antigua y no conforme a los nuevos objetivos de la empresa, probablemente sigan con tal práctica si notan que nadie en la empresa se preocupa por seguir sus avances.

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