Cada vez que hablamos de excelencia se nos viene a la mente una imagen de algo tangible. Es decir de algo que uno puede alcanzarla. Lo cierto que la excelencia no es algo que termina cuando se alcanza. La excelencia no es un estado permanente es algo como la felicidad: Es un ejercicio diario. Dicho esto, esperamos evitar lo que en muchos casos suele suceder en las personas que buscan alcanzar la excelencia. Se