En cierta época del año siempre dan ganas de abrir todas las ventanas, limpiar el ambiente y reacomodar todo, pues finamente somos eres habituado al cambio y un solo esquema (incluso en la disposición de los muebles) puede estancarnos en la toma de decisiones. Por ello cada cierto tiempo, se debe reacomodar la oficina, sobre todo para nuevas temporadas o cuando efectuamos algunas innovaciones. La idea es que este “remodelación” no sea demasiada costosa, y que de desarrolle con creatividad y optimizando los recursos. Estos consejos pueden ser de utilidad.
1. Reorganizar el diseño
A veces lo único que se necesita para lograr la sensación de una nueva oficina está cambiando el diseño. Puedes mover tu escritorio al otro lado de la habitación, cambiar las posiciones de la lámpara de pie y archivadores, o mover una silla o una mesa a una nueva ubicación. Tal vez haya un cuadro de más o falte una imagen que adorne el espacio de trabajo.
Ten en cuenta que el mayor obstáculo en cambiar la posición de os muebles es la gestión de los cables y enchufes. Pero si somos capaces de mover los muebles y el equipo sin perder el acceso a los tomacorrientes de pared, sin duda que valdrá la pena el esfuerzo.
2. Actualizar la obra
El espacio de trabajo también debe brindar la oportunidad de dar un descanso y relajación. Ello se consigue mediante el color utilizado en las paredes, la ubicación estratégica de ventanas o incluso cuadros y pinturas. Por eso la decoración juega un papel importante. Si no se cuenta con los recursos para contratar un diseñador de 3. interiores, se puede recurrir a la creatividad y buen gusto.
3. Reutilización de muebles
Hay muebles en la casa que pueden estar siendo desperdiciados. Su correcta reutilización será una buena oportunidad de darle un nuevo rostro a nuestra oficina de trabajo. Recuerda que la utilización de estos muebles debe cumplir una función decorativa pero también de soporte dentro de la oficina.