La cantidad de estudios realizados en las sociedades acerca del comportamiento en su vida económica han descubierto que las personas tienen principalmente dos formas de pensamiento respecto a su futuro económico dentro de la sociedad. El que lo dirige hacia sus pespectivas de empleado y el que lo dirige a sus sueños de ser dueños de su propia administración. Aquellos dos son los que impulsan al trabajador y al empleador respectivamente. El primero deja el esfuerzo máximo para otros y gana una mínima cuota mensual y el segundo tiene la gran inquietud de hacerlo por si mismo. Estas dos posiciones de pensamiento se han enfrentado. Lo que no deja de asombrarnos es la existencia de 3 mitos creados por el pensamiento de empleado y estas son:
El empleado piensa que la empresa tiene por misión:
El Lucro: Para ellos el lucro es el principal eje de la empresa. Todos los empresarios están para lucrar cada vez más a costa de la necesidad de la gente. Como el trabaja en una empresa, asocia su desdicha o dicha a los empresarios. En ese sentido siempre los empresarios van a buscar ganar de cualquier forma más dinero incluso si va contra la legalidad. Ellos son los malos de la actividad laboral.
Generar trabajo: Algunos gobiernos de latinoamérica creen que la misión de la empresa es generar trabajo. Ellos están para que haya menos gente sin trabajo. En ese esquema de pensamiento se exige a las empresas evaluar su rendimiento en función a cuanto trabajo generó durante el año o los últimos tres años, etc. Graham Bell, creador del teléfono tuvo delante de su invento una fuerte oposición de telegrafista porque iba a quitar empleo. Pero hoy sabemos que a pesar de aquel momento el teléfono es una herramienta más cómoda que el telégrafo.
Productividad: «Una empresa está para ser productiva», es otro de las ideas que sostiene el esquema de empleado. La empresa debe ser productiva porque si no nadie podría cobrar su sueldo. Nuevamente se asocia la existencia de la empresa directamente a un beneficio laboral.
Estos 3 mitos puede que tengan alguna relación con la existencia de la empresa pero no forma parte de su misión. La experiencia de empresarios exitosos nos dicen que la principal misión de la empresa es el bienestar de las personas. La conquista de clientes y toda la utilidad generada alrededor suya, es una recompensa por lo bien que se ha hecho la tarea. Y no es eufemismo. Todos como clientes tenemos la posibilidad de elegir de entre 3, 4 o quiza más opciones, el producto de la empresa X por la razón que consideramos que ese producto resuelve una parte de nuestra vida. Y le compramos una y otra vez. Ese es el premio. Curiosamente ese es el esquema mental del emprendedor.
Fuente: Conferencias Hernando Guerra