Uno de los principios financieros básicos del los negocios actuales que sus ingresos se vean compensadas por sus gastos. Claro, algunos gastos, como comidas y entretenimiento, pueden ser sólo parcialmente deducibles. Pero el concepto básico fundamental es que los ingresos que justifiquen los gastos.
Una vez que abra su negocio empezará a generar ingresos que amortigüen los gastos. Sin embargo, hay gastos que deberá asumir antes que su negocio empiece a andar, es decir los llamados gastos de inicio. Estos son cuatro pasos para deducir sus costos de inicio de negocios:
1. Dar seguimiento a los costos de inicio: antes de empezar un negocio, es probable que tenga una cierta cantidad de gastos en marcha:
Haciendo un análisis de su mercado potencial
– Pagar por consultores
– Comprar suministros iniciales
– La publicidad de su nuevo negocio
– Pagar a los empleados antes de la apertura.
2. Controlar los gastos de la organización: Entre los gastos que se pueden calificar como un costo organizacional están:
– Cánones de incorporación
– Cargos de los abogados para la redacción de los documentos de incorporación
– Honorarios iniciales de contabilidad
3. Depreciar algunos equipos iniciales: los activos que compran para el inicio pueden ser cancelados. Puede que algunos artículos que se compraron para poner en marcha el negocio ya no sean necesarios, debido a que no cumplen una función para la productividad del negocio. En tal caso, se debe vender este mobiliario.
Si usted nunca ha utilizado estos artículos en la empresa antes, seria conveniente depreciarlos en función de su valor. La mayoría de equipos de oficina, por ejemplo, podrían ser dados de baja en siete años, los ordenadores se pueden deducir en un período de cinco años.
4. Depreciar otros costos de inicio: Finalmente, la manera mas sencilla de ahorrar en los gastos de inicio, es prescindiendo de aquellos gastos que no serán tan necesarios para echar a andar el negocio. Hay varias opciones, desde buscar alternativas económicas en artículos que no sean necesarios pero no trascendentales, hasta prescindir de algunos debido a que serán útiles, pero en un tiempo futuro, cuando el negocio ya esté establecido.