Ya conocida la victoria de Barack Obama, solo queda esperar su actuar en los siguientes cuatro años de gobierno, sobretodo en materia de política exterior. Esto debido a que las acciones de Estados Unidos tienen mucho impacto en la economía mundial (solo basta recordar la subida del barril de petróleo debido a la guerra en Irak). El reelecto presidente de Estados Unidos tiene una serie de retos a resolver, como la amenaza nuclear en Irán, los conflictos de Medio Oriente y su relación con los países de América Latina.
La relación con las economías de latinoamérica
Tanto como México como Brasil se vienen consolidando como fuertes economías en el escenario mundial, llegando a desplazar a algunas tradicionales como el Reino Unido. Por tal razón, hot México y Brasil son parte del grupo de socios comerciales más importantes de Estados Unidos. Esto significa una presión extra para Obama, pues debe crear un nuevo tipo de vínculo y relación con las naciones latinoamericanas, que seguramente exigirán otra atención y dejar de ser el “patio trasero”. Esta decisión es muy complicada, debido a que en el caso de México no solo hay una fuerte economía, sino también el narcotráfico, que es un problema que ha sido atacado sin éxito por todas las administraciones norteamericanas.
La relación con China y las naciones asiáticas
Otro tema que puede tener impacto en la economía mundial es la relación que asuma Estados Unidos con China, que no solo representa un creciente poderío económico, sino también un poder militar en el área del Pacífico. Las tensiones podrían surgir con el tiempo, debido a la disputa entre China y Japón por una isla en Mar Oriental de China (Estados Unidos es aliado de Japón). También se debe recordar que el partido comunista de China está a punto de cambiar de dirigencia, lo cual representa una incógnita para varios analistas del mundo.
Medio oriente e Irán
Sin embargo un problema que la administración Obama debe enfrentar a corto plazo y de todas maneras es la situación en medio oriente. Es más, en pocas semanas el mandatario debe decidir si aprueba la participación de Estados Unidos en una cuarta ronda de negociaciones este año con Irán sobre su programa nuclear. La situación no es sencilla, sobre todo porque funcionarios de su aliado Israel insiste en una intervención militar a mediados del 2013, para sabotear la capacidad de Irán de producir armas atómicas.
También se debe recordar las revueltas en países árabes, como Siria. Si bien Estados Unidos ha expresado su desaprobación a las acciones del gobierno sirio, no ha mostrado una posición firme sobre si se debe intervenir o no. Además existe el temor a que el caos se expanda a territorios aliados o petroleros como Arabia o Bahrein.