Los buenos empleados son un bien preciado y buscado por cualquier organización empresarial, pues son la base para una buena rentabilidad y productividad. Sin embargo, nunca se debe perder de vista que los interese de la empresa están por encima de los buenos empleados, y cualquier actitud de estos en contra de estos intereses puede ir contra la cultura de organizacional, que finalmente es la base de una buena convivencia en el trabajo.
Puede darse el caso que uno de sus directores más productivos impacte negativamente la cultura organizacional, debido a su modo de tratar a los trabajadores. ¿Se debe mantener a los empleados con una productividad laboral óptima a costa de cómo se afecta la relación con sus colaboradores?. Una respuesta a largo plazo nos diría que no, pues por más productivo que sea este empleado, con el tiempo puede convertirse en elemento de ruptura grave en las relaciones internas de la empresa.
No solo se trata de buscar trabajadores productivos, sino buenas personas que permitan llevar un clima laboral positivo. Si te es difícil reconocer este tipo de trabajador, la siguiente clasificación puede servir de guía:
1. Trabajadores estrellas: Son los empleados que toda empresa quisiera tener, pues no solo ejecutan de forma eficiente las políticas de trabajo, sino que su desempeña cohesiona a la organización, contribuyendo a generar una cultura organizacional solida.
2. Los de alto potencial: Son empleados que aún no exploran todas sus habilidades dentro del trabajo, pero que son bien considerados debido a que su comportamiento ayuda a cohesionar la cultura organizacional. Tienen un enorme potencial para convertirse en trabajadores estrellas.
3. Trabajadores intermitentes: No encajan en ninguna de las categorías anteriores. Su desempeño no es el deseado y su comportamiento no se adapta con la cultura organizacional. Son trabajadores que no generan un gran bien a la compañía, pero tampoco son un gran peligro debido a su inacción.
4. Trabajadores amenaza: pueden ser un verdadero problema, pues encajan en el perfil del trabajador productivo pero con comportamientos no acordes con la cultura organizacional de la empresa. El peligro potencial es que adquieren poder e influencia debido a su buen desempeño, pero con el tiempo pueden atacar a los trabajadores estrellas y los de alto potencial, creando un peligroso clima de inestabilidad para la empresa.