La planificación financiera personal es una parte de la vida que mucha gente quisiera evitar. Por ejemplo, una recienten encuesta en el público estadounidense dio como resultado que los adultos estadounidenses no tienen un presupuesto para sus hogares, que un tercio noestá ahorrando dinero para la jubilación y el 25 por ciento de las personas ni siquiera están pagando sus cuentas a tiempo.
Si bien la encuesta no es a nivel mundial, dicha realidad se puede notar e varias sociedades obsesionadas con vivir el presente. El problema es que haciendo caso omiso de los asuntos financieros solo se consigue alargar los problemas hacia un futuro donde quizás no hay solución. Si bien la planificación financiera significa la omisión de algunos gustos, tiene varias recompensas a largo plazo:
1. Mantener y mejorar su nivel de vida: la planificación financiera es una manera para que las personas mejoren y su nivel de vida actual. El objetivo es ir más allá de los cheques mensuales y crear un cierto grado de estabilidad financiera. Mediante la planificación de compras se puede hacer una prioridad a la hora de gasta, de forma que se puede ahorrar para compras importantes, como la compra de una casa.
2. Vivir bien hoy y mañana: otro de los objetivos clave de la planificación financiera personal es controlar el consumo. Para muchas personas, esto parece un castigo, pero el objetivo no es vivir una vida austera desprovista de todos los lujos. En cambio, la planificación financiera inteligente significa equilibrar las metas actuales y deseos con metas a largo plazo, como ahorrar para la jubilación. Esto allana el camino para un cierto grado de seguridad financiera y la capacidad de mantener un nivel constante en la vida.
3. Los gastos necesarios: un presupuesto ayuda a tomar una mirada cuidadosa a los ingresos y el dinero requerido para necesidades tales como vivienda, alimentación, servicios públicos y transporte. Lo que queda se llama renta disponible.
4. Ahorrar e invertir para alcanzar las metas financieras: la razón clave para la planificación financiera es ahorrar e invertir para cumplir con metas a largo plazo. Entre estas metas debería estar la jubilación, la compra de una casa, ahorrar para la educación de un niño o tomar unas vacaciones cada año. La clave es recordar que ese dinero ahorrado tiene un propósito especial. Desafortunadamente, muchas personas gastan su dinero en un impulso, y no como parte de un plan, y luego se preguntan por qué no tienen dinero para ahorrar, invertir o incluso para hacer frente a los gastos básicos sin tener que recurrir a la deuda.