Hay una gran diferencia entre los conceptos y como aplicarlos con efectividad a la vida real. Ese es un dolo de cabeza para la mayoría de nuevos gerentes, que empiezan un negocio o a dirigir pequeñas empresa con teorías modernas de gerencia, pero que se hacen muy difícil de implementar y de adaptar a al vida real.
Uno de esos conceptos es el empowerment (empoderamiento). Esta nueva teoría de la gerencia sugiere que fomentando la confianza de los trabajadores en sus propias capacidades, estas se fortalecerán y acrecentarán, para beneficio de la empresa. Ideal, sobretodo si buscamos el máximo rendimiento de los trabajadores, la productividad deseada.
Pero lo cierto es que pocos logran comprender bien este concepto, y en consecuencia adoptan erradamente el empowerment, fracasando el concepto y la productividad de la empresa. Estos suelen ser algunas fallas frecuentes en este camino:
1. Los gerentes no confía realmente en las capacidades del empleado: no se pude creer en algo sin convicción. Y lamentablemente el hecho de adaptar una nueva teoría, no hará que de la noche a la mañana se confíe realmente en las capacidades del trabajador. Si el gerente no cree realmente, será difícil que en algún momento le encargue una tarea especial. La reacción será reciproca, y el trabajador también actuará con desconfianza y temor. En ese caso no hay ningún tipo de empowerment.
2. Los gerentes no establecen límites: se suele confundir empowerment con falta de supervisión. Si bien muchas veces el empowerment potencia la toma de decisiones, el rol de la gerencia es llevar un monitoreo, pero sin ser intrusitos. Recordemos que siempre existen las jerarquías, lo cual no se debe confundir con autoritarismo.
3. Los gerentes interfieren en la toma de decisiones: esto significa desconfianza. Si en el punto anterior hablamos de una supervisión y monitoreo, dejamos claro que tales actividades no deben ser intrusivas. Puede que el método usado por el empleado no sea el que aplicaría el gerente, pero también ayuda a conseguir los objetivos. Es necesaria la mente abierta por parte de los gerentes, pues siempre existe más de una manera para lograr las cosas.
4. Los gerentes no asuenen responsabilidades: un empleado ahora con poder de decisión no significa que el jefe dejará de asumir las responsabilidades de su área. El error más común es echar la culpa por malos resultados a un subordinado, pues se pierde toda la confianza y respeto, además que el personal se siente abandonado.