Solicitar mayor participación de los alumnos: el entrenador puede involucrar de forma participativa a los participantes. Por ejemplo, puede proporcionar formas fáciles para que los participantes sugieran ideas sobre la dinámica del grupo, las cuales pueden ser implementadas en el curso.
Otorgar material para después de la sesión: se debe proporcionar materiales de referencia e instrumentos de trabajo para su revisión después de la sesión. Esto es útil cuando lo explicado en una sesión de entrenamiento no es entendido bien, de modo que lo detallado e el material puede ayudar a absolver la dudas o ahondar en ciertos conocimientos.
Trasladar el curso a un escenario real: Durante la sesión, se debe discutir cómo hacer frente a situaciones reales. Con demasiada frecuencia, los profesionales de formación no preparan a los participantes para el mundo real, que es donde deben utilizar todo lo aprendido.
Asignar o auto-seleccionar un compañero de entrenamiento. Muchas sesiones de formación utilizan los llamados compañeros de entrenamiento. El rol de estos compañeros es emponderar al alumno, pues pueden ayudar a absolver dudas o motivar a formular nuevas preguntas al formador. Un compañero de entrenamiento también es útil para que el alumno tenga con quien hablar durante la semana sobre el curso de formación, además que pueden colaborar mutuamente en el proceso de aprendizaje.