Todos y cada uno de nosotros, en especial aquellos de nosotros con un cierto grado de ambición, será tocado por la mala suerte en algún momento. La diferencia entre los éxitos y los fracasos eventuales inevitables es la forma de utilizar los conocimientos que adquiera en sus mínimos históricos fundamentales. Una “Débil” mentalidad produce resultados pobres