Una gran idea de negocio no garantiza el éxito del negocio. Entran a tallar otros factores, siendo uno de los más importantes una adecuada elección del público objetivo. Así lo entendieron las empresas que cosechan éxito o que inician su proceso de expansión. Por tanto la elección de un adecuado producto o servicio dependerá del grupo de personas que serán nuestros clientes.
Reconociendo este grupo, debemos empezar a identificar sus necesidades y deseos, para luego desarrollar un modelo de negocio para ofrecer nuestro producto o servicio. Antes de empezar a buscar un grupo objetivo, recordemos que las personas adquieren productos o servicios por tres razones básicas (en orden de prioridades):
– Para satisfacer necesidades básicas
– Para resolver problemas
– Para sentirse bien
Cualquiera sea el modelo elegido, puede funcionar como un buen negocio. Dependerá de ofrecer un producto con mucha demanda, diferenciado de la competencia y sobre todo con un buen número de clientes, que hagan rentable el negocio. De poco serviría realizar una exhaustiva segmentación si nuestros clientes objetivos son 75 personas y compran productos de 10 dólares. El criterio es un fundamental para el éxito en la vida y en los negocios.
Una vez elegido el tipo de negocio, debemos hacer un nuevo proceso de segmentación, con características más técnicas. Ello nos ayudara a elegir una categoría adecuada para abrir un negocio. Para ello es necesario realizar una investigación, recogiendo los siguientes datos generales:
– Edad: niños, adolescentes, jóvenes, de mediana, los ancianos.
– Sexo: masculino, femenino.
– Educación: la escuela secundaria, universidad.
– Ingresos: bajo, medio, alto.
– Estado civil: soltero, casado, divorciado.
– Ciclo de vida familiar: los recién casados, casados por 10 a 20 años, con o sin hijos.
Existen otros datos que revelan el estilo de vida y valores de nuestro público, que también son necesarios:
– Estilo de vida: conservador, emocionante, moderno y económico.
– Clase social: baja, media, superior
– Opinión: de mente abierta o dogmático.
– Actividades e intereses: deportes, condición física, ir de compras, libros.
– Actitudes y creencias: ecologista, religioso, etc.
Con estos datos ya deberíamos formarnos una idea más certera de nuestro cliente, incluso con capacidad de describirlo, Un ejemplo seria “mi clientes es un hombre de clase media, de 25 a 30 años, soltero, con estudios universitarios. Es de mente abierta, cuidadoso con el medio ambiente y le gusta hace compras”.
Recuerda que el modelo descrito es para que realices tu propia segmentación de mercado. Sin embargo otras empresas también suelen gastar en consultorías profesionales.